Veintidós Historias Nuevas

Veintidós hojas cayeron ya en este otoño solitario, acompañado por el verano que lo precede con el calor de sus huellas imborrables, que marcaron el inicio de esta acabada historia, de encuentros furtivos y escapes repentinos. Regañados por la luna como única testigo de la veracidad de aquellos ocasos promiscuos.
El principio del fin llegó, entró sin golpear, el crepúsculo oscureció el sentir y el final de un sueño trascendido fue desmantelando sus sentidos desentendidos…
El final de la historia redactaba el prefacio de una nueva fábula, que con párrafos enfurecidos y versos vencidos, robaban sentimientos carentes de reciprocidad. Se editaría un nuevo capitulo en su libro olvidado de capitular, repleto de páginas sin enumerar y reabriendo sus vidriadas tapas calladas… Reeditando fragmentos desgastados de frases enredadas en razones, resurrección de sentimientos e incompatibilidad de palpitaciones…

Nostalgia

El ocaso de una atardecer tormentoso cae junto a mí y al marchitar de aquellas rosas rojas. Se oye el estallido del cristal de una copa soñadora, derramando un amargo néctar de agonía.
Comienza a escurrirse el empapado suelo de sudor de noches apasionadas, de sentimientos y sensaciones, de sabanas destejidas por un anhelado instante culminado. Un Crepúsculo de emociones, momentos, encuentro y relaciones. Un barco que arriba acarreando recuerdos que la marea maltrata hacia el olvido; ahogando palabras, caricias y besos…
Aun sigues allí en la esquina, con tu sombra en la mesa teñida de cenizas y alfombras de lágrimas. Junto a abrazos pudorosos pero afectivos, dolorosos y reprimidos, difíciles pero decididos.
Dulces melodías suenan en la habitación, llegan a mis entrañas avivando recuerdos, empañándonos las pupilas y humedeciendo las mejillas. El desgarrador sonido de tu voz titubear acecha mi sentir y lo encierra en un vendaval desconcertante y ensordecedor. No encuentro salida, solo el calor de una abrazo y el brillo de tu mirada me librarían de él, pero se que ya no están.
Hoy tus ojos se opacaron, perdieron aquel brillo que hipnotiza, el mismo que confiesa y deja descubrir…Al menos déjame susurrarte una vez mas cuento te quiero. No te marches, no te alejes, llévate aquellas flores y déjame el corazón, déjame los recuerdos y llévate el amor…Llévate contigo aquellas emociones que nacieron con el alba y junto al insomnio amanecieron abrazándonos.